El doctor José Coloma, referente en la cirugía mamaria del Hospital General Universitario de Elda, se ha jubilado tras una trayectoria de 28 años en el centro y más de cuatro décadas dedicadas a la medicina. Su despedida fue tan emotiva como su entrega a la profesión. Recibió un homenaje sorpresa por parte del personal sanitario en el vestíbulo del hospital y participó, ese mismo día, en la primera mastectomía endoscópica realizada en el centro.
“Me quedé muy emocionado al ver a tantos compañeros esperándome con globos y lágrimas en los ojos”, recuerda Coloma, que destaca el simbolismo de cerrar su etapa profesional ayudando a introducir una nueva técnica quirúrgica en Elda.
Su vocación por la medicina nació tempranamente, aunque en su entorno familiar no existía tradición sanitaria. Se formó en la Universidad de Valencia y, tras licenciarse, comenzó su carrera en Argelia como médico en una empresa de construcción. Aquella experiencia en condiciones extremadamente precarias marcó profundamente su visión de la profesión: “Aprendí muchísimo de medicina enfrentándome solo a situaciones muy serias, sin medios ni hospitales cerca”, cuenta.
Ya en los años 90, Coloma se especializó en cirugía general y del aparato digestivo en el Hospital General de Alicante. En 1997 se incorporó al Hospital de Elda, donde ha sido una figura clave durante décadas. “Para mí, venir a trabajar aquí nunca fue un esfuerzo. Siempre lo hice con ganas”, asegura. Comenzó siendo uno de ocho cirujanos en plantilla y fue testigo de la evolución del hospital hasta convertirse en el centro de referencia para toda la comarca.
A partir de 2004, su carrera tomó un nuevo rumbo cuando se centró en la cirugía mamaria, un área que no eligió directamente, pero que terminó abrazando con pasión. “Al principio fue por una necesidad del servicio, pero con el tiempo le cogí mucho cariño”, explica. Tanto es así, que junto a la enfermera Marian Sellés, fue pionero en la introducción de la micropigmentación oncológica en el hospital, siendo el primero de la provincia de Alicante en ofrecer este servicio dentro del sistema público de salud.
“El impacto psicológico positivo que tiene en las pacientes es enorme. Les ayuda a recuperar la autoestima tras una reconstrucción mamaria”, afirma. La técnica consiste en recrear la areola y el pezón mediante un tatuaje estético, aportando naturalidad y realismo a la mama reconstruida.
Conocido por su calidez y cercanía, el doctor Coloma ha sido valorado no solo por su destreza quirúrgica, sino también por su humanidad. Su filosofía ha sido siempre tratar a cada paciente como a él le gustaría ser tratado: “Una mujer que entra asustada por un bulto necesita tiempo, claridad y esperanza”, señala.
Ahora, inicia una nueva etapa personal en la que quiere retomar aficiones como la lectura, la acuarela y los paseos. “No me da miedo aburrirme, tengo muchas cosas que quiero hacer”, afirma con serenidad.
El Hospital de Elda despide así no solo a un gran profesional, sino a una figura querida y admirada por compañeros y pacientes. Su legado permanecerá en cada rincón del centro y en cada paciente al que ayudó con respeto, ciencia y corazón.