Una vaquería de Elda reconvertida en templo musical para las bandas locales

Lo que fue una vaquería en los márgenes de Elda, junto al cementerio Municipal de Santa Bárbara y en la frontera con Petrer, es hoy el principal punto de encuentro para la música local. Allí ensaya “Jalando Jalé”, una de las muchas bandas que han hecho de este lugar su centro de operaciones. Algunos de sus integrantes, Riki, David y Javi; han recordado en La Ventana del Vinalopó que la zona lleva décadas acogiendo a músicos de la ciudad, en lo que consideran “el único espacio donde se puede hacer ruido sin molestar”.

En los años 80, cuando los controles sanitarios se volvieron mucho más exhaustivos, desaparecieron todas las vaquerías de Elda salvo una. Se reconvirtió en un lugar en el que la música podía fluir libremente. Desde hace 40 años, ha acogido a una infinidad de artistas, y actualmente, el recinto alberga más de una decena de locales que se reparten entre unos 15 o 20 grupos.

Aunque en sus inicios algunos espacios también se usaban para ocio, hoy casi todos están dedicados exclusivamente a la música. Las salas, insonorizadas y bien acondicionadas, permiten ensayar sin restricciones de horario ni conflictos con vecinos. Desde la banda han explicado que “aquí hemos acabado todos. Es el único sitio que cumple con las condiciones necesarias”. El lugar se ha convertido, además, en un punto de intercambio entre músicos de distintas generaciones y estilos, desde el rock y el punk hasta el surf rock o la música de orquesta.

La convivencia entre grupos es fluida y ha dado pie a iniciativas comunitarias como el festival “Vaquería Rock”, celebrado en varias ocasiones entre 2011 y 2015. Para los músicos, este rincón representa mucho más que un lugar de ensayo: es un refugio, una red de apoyo y un símbolo de la cultura musical de Elda: “aquí nos desahogamos, tocamos, nos encontramos con los amigos… Es como nuestro psicólogo”.